miércoles, 14 de mayo de 2014

EL CASO No.2 DEL AÑO 2013 Entrada no.12

─ No de esta materia, de muchas, mi trabajo me obliga a saber de todo un poco.  Hay personas que saben mucho de poco, quienes se enfocan en un tema y se convierten en eruditos,  en especialistas.  Yo tengo cultura general. 
─ Ya capté el mensaje.  De este tema que estamos hablando, ¿ya me contaste todo o todavía tienes algo más?  Como cambian los tiempos, me acuerdo que en Managua yo era el que más  hablaba y que vos escuchabas, pensé que eras callado.
─ Miguel en ese tiempo estaba joven, mi mente estaba vacía, el día de hoy mi mente está llena de vivencias, amplié mi perspectiva, he leído cientos de libros, miles de periódicos y revistas, visto miles de películas y programas de televisión.  Eso se llama cultura general, de cualquier tema que tú me hables yo te puedo contestar y seguirte la conversación.

     Y esa larga conversación se daba porque el tráfico estaba atascado, defensa con  defensa, con toda seguridad  era porque alguien había tenido un accidente, algún conductor borracho, alguien que había estado en los mismos lugares donde nosotros habíamos estado y suponíamos que fueron los que provocaron el accidente.   Eso nos daba tiempo de hablar  de lo que estábamos hablando.
     Era la una y media de la mañana. En ese momento llamó la esposa  de Miguel preguntando donde estábamos, le dijo que en una autopista llamada “el Palmetto”, en un tranque, alguien había tenido un accidente y que yo decía  que a veces eso  demoraba hasta cuatro horas, que quizás se quedaría a dormir en mi casa. Cuando terminó de hablar con ella continuamos hablando del tema que parecía gustar mucho a mi compañero de viaje.  Le seguí contando.

─ Te dije  al principio que pienso que estamos viviendo en tiempos de Sodoma y Gomorra, y que todo es por culpa de las computadoras.  Ahora se unieron los teléfonos celulares inteligentes, los que toman fotos y videos con alta resolución.  ¿Sabes lo que ha hecho la gente? Especialmente las mujeres, jóvenes, maduras y hasta las viejas.  En la privacidad de  sus propias casas, apartamentos, en las playas, en los montes, donde les dé la gana. Se empiezan a quitar la ropa, se toman fotos desnudas, se filman desnudándose, después se afilian a sitios web donde esas imágenes son trasmitidas a miles de teléfonos y computadoras en todo el  mundo y por cada vez que alguien  mire las fotos o los videos ganan centavos, cuando sumas los centavos se convierten en dólares, después en cientos y en miles. Cuando ven lo fácil que es ganar sin tener que trabajar duro, sin salir a las calles o estar en un prostíbulo. ¿Qué hacen entonces?  Dejan de trabajar, ganan más dinero haciendo eso. ¿Y qué hacen algunos maridos al ver que sus mujeres ganan más dinero sin tener que acostarse con otros hombres? Nada, no hacen nada, las instan  a que lo sigan haciendo.  ¿Tú crees que se pueda impedir la prostitución en el mundo?  Claro que no, porque ya se le ha cambiado el

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nombre, ahora ya no se le  llama así, se le llama “trabajo” y la gente cree que está haciendo algo más honorable. ¿Sabes cómo les dicen a las mujeres que filman películas para adultos? Les dicen modelos, estrellas, actrices y todas las muchachitas quieren ser modelos, estrellas y actrices.  Cambian el lenguaje, para lo malo buscan palabras buenas, para que la gente no se considere mala y lo haga,  lo correcto es tonto y a lo incorrecto lo disfrazan de bueno e inteligente. Por medio del lenguaje y los medios de comunicación  manipulan  a la gente, hacen lo que quieren con ellos. Con nosotros. ¿Has oído hablar de las subastas? Imagino que no, por eso te lo voy a contar. Hay sitios en internet  donde anuncian subastas de mujeres.  En este país una mujer es menor de edad hasta que cumple los 18 años, un día antes se considera una niña y tener relaciones con una menor es uno de los peores delitos que un hombre pueda  cometer y acarrea sanciones inimaginables.  Pero después de un día de cumplir 18 es mayor de edad y  es libre de hacer lo que quiera, de estar con quien quiera y el hombre no está cometiendo ningún delito.  Lo de las subastas consiste en poner en  internet la foto del rostro difuso de la muchacha que supuestamente está a punto de cumplir la mayoría de edad, se supone que sea virgen.  Los interesados tienen que inscribirse y hacer un depósito fuerte en dólares  para ser ellos los que tengan la primicia.   El lugar donde las hacen es secreto, no se sabe hasta último minuto y las cambian constantemente de ciudad, Condado y  hasta de Estado.

     Miguel era todo oídos. Me había ganado toda su atención.

     No puedo negar que estaba disfrutando de aquella situación, de ser  yo quien más hablaba y Miguel el que escuchaba, también era irónico, como en los viejos tiempos cada vez que los dos andábamos en un mismo carro el propósito era salir en busca de mujeres,  solo que esa noche ya todo era diferente, los dos teníamos 20 años más en nuestras espaldas,  nuestras vidas habían tomado rumbos diferentes, el seguía siendo rico, después del dinero que le dieron sus padres le había añadido el que logró amasar criando ganado, comprando fincas y metiéndole más ganado.  Mientras tanto yo en Miami trabajando en algo distinto, divorciado, que por un pequeño milagro conservaba todavía la totalidad del dinero que había acumulado hasta ese momento.
      Ahí estábamos, dos nicaragüenses recientemente reunidos gracias  a Facebook, en las calles de Miami-Dade conduciendo un carro de lujo, rentado, en un atascamiento vehicular  moviéndonos a cinco millas por hora, platicando.  De ponto el tráfico se acelera, viajamos a más velocidad, pasamos al lado de los carros accidentados, se desbarataron, alguien murió, nos lamentamos pero continuamos nuestro camino y nos olvidamos.  Llegamos al apartamento, le preparo un lugar donde pasar la noche. El orina en el inodoro que está en el baño.  Volvemos a la sala, abro la nevera, saco dos cervezas, en mi casa ya me siento libre

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de tomar las que quiera, aunque nunca tomo más de tres,  continuamos hablando, traigo la computadora y le muestro donde están los sitios de las “damas de compañía”, los “escort service”,  le enseño a navegar.  Miguel ve las lindas mujeres que aparecen en el catálogo.  No lo puede creer y me dice….

─ ¿No me digas que esas bellezas son prostitutas?

     La expresión de su rostro era como la de los niños cuando ven chocolate.

─ Si Miguel son prostitutas, pero no les gusta que las llamen de esa forma, son “Damas de compañía” o “Modelos”.   Ellas no se consideran prostitutas aunque hagan lo que siempre han hecho las prostitutas en todo el mundo, tener relaciones y cobrar por ello. Y ahí están los precios,  300, 400 dólares por hora. ¿Cuántos clientes pueden ver en un día de 24 horas”? ¿Cuánto ganan?  800. 1,000, 1,500. Muchas lo hacen por su cuenta, de forma independiente pero otras son forzadas. Hay «empresarios», hombres y mujeres  que “tienen”, como si fueran vacas, grupos de mujeres jóvenes que las obligan a ofrecer sus servicios a clientes que las contactan por medio de las computadoras y teléfonos celulares.  Las mueven constantemente de ciudad en ciudad para no ser detectados por las autoridades. ¿Cuánto dinero le produce a un dueño cada mujer en un año? 1,000 por día. 365,000 por año…pero  no siempre una mujer puede estar disponible.  Un promedio razonable seria 80,000 por año. Aunque la ONU tiene estadísticas que dicen que son 130,000. Esas mujeres son compradas y vendidas como en lo más oscuro del tiempo de la esclavitud. Los mafiosos ganan cientos de millones de dólares.   Por eso hay gente que  “no aparentan” que trabajan en eso, los ves elegantes, dándose la buena vida, trayendo mujeres de otros partes del mundo a prostituirse como “damas de compañía”.  ¿Sabes lo que hacen estos malditos? Van a los pueblos a buscar niñas bonitas, secuestrarlas y traerlas a estos lugares a que bailen desnudas.  O las ponen a filmar películas para adultos, o las mandan a las calles a ganar  dinero para ellos,  es una industria criminal  multimillonaria. ¿Y sabes quienes son los responsables?  Los que pagamos por esos servicios, que vamos a los “templos del entretenimiento”.  Mientras haya demanda, alguien la va a satisfacer….
     Las últimas palabras las dije cuando ya Miguel se había dormido.   Le quité los zapatos, lo cobije y me fui al cuarto, el día siguiente sería un sábado del mes de junio del año 2013. Esa fue la primera y la última vez que salimos juntos a ver  mujeres escasas de ropa, por cosas que a los dos el destino nos tenía preparadas.  Antes de que se durmiera habíamos acordado que si su esposa preguntaba donde anduvimos le diríamos que viendo un partido de los Miami Dolphing, aunque a ninguno de los dos nos gusta el futbol americano.

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Continúa en la entrega no.13

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